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Mi nombre es Klen. Mi planeta es Júpiter.

Foto del escritor: Andrés FaríasAndrés Farías

-La Montaña Sagrada (1973)


En casi todas las culturas se maneja la idea de la montaña como un símbolo sagrado; como por ejemplo el Monte Sinaí del Antiguo Testamento; el Monte Kailash, el cual es venerado por los Tibetanos; o el Monte Meru de los Hindúes; la montaña representa la unión entre el cielo y la tierra, el punto de unión que da un sentido cíclico a la existencia.

Tomando esto como punto de partida, el cineasta, psico mago y fundador del denominado Movimiento del Pánico, Alejandro Jodorowsky nos presenta una cinta de iniciación donde lo importantes es la purificación del alma del espectador que decide entrar a la convención esotérica presentada por el controvertido cineasta chileno.

Apoyado en el Tarot, el zodiaco y el eneagrama de la personalidad, Jodorowsky construye una épica surrealista donde nueve personajes, entre ellos un alquimista (interpretado por el propio Jodorowsky) y un ladrón, se someten a un viaje de autoconocimiento que los lleva a conquista la Montaña Sagrada.

Con influencias visuales y pensamientos devenidos de un viaje en LSD, la tercera películas del cineasta presenta una serie de siete mundos, regidos por cada uno de los enea tipos, donde va introduciendo criticas sociales, políticas, culturales y artísticas. Este ensayo se centra específicamente en el análisis de esta última rama, pues Jodorowsky a través del personaje de Klen, del planeta Júpiter, hace una irónica sátira del movimiento surrealista, del cual el se deslindo al fundar el denominado Movimiento Pánico junto con el dramaturgo y cineasta Fernando Arrabal, y el pintor y actor francés, Roland Topor en París, en 1962.

Se analizara este movimiento tomando como base la personalidad de Klen, que es quien rige el planeta Júpiter y que se presenta como el estereotipo del artista conceptual/surreal excéntrico, esto dará paso al análisis de las vanguardias a las que Jodorowsky referencia, teniendo como punto final la relación de la denominado “maquina del amor” con los movimientos sonoros que se suscitaron a través del siglo XX, en específico su relación con los sonidos presentados por la artista Delia Derbyshire.


La catarsis del Pánico

Tras conseguir subir a la torre colgada de un gancho, y de pasar las primer pruebas de purificación, el Alquimista le presenta al Ladrón una serie de siete personajes, cada uno gobernador de un planeta solar, con el fin de crear un grupo capaz de conquistar la Montaña Sagrada, sin embargo, cada uno de los personajes posee defectos de egoísmo que deben ser purificados, a manera episódica, se presenta la forma de vida en cada planeta, llegando a si la presentación de Klen, del planeta Júpiter, que vive en una enorme mansión con una esposa que lo desprecia y un hijo que solo busca su pensión alimenticia.

Representado como todo un artista excéntrico, la mansión de Klen presenta una serie de referencias al pop-art , como se puede apreciar en las televisiones puestas en forma de cruz, de las cuales se aprecia un video de Marylin Monroe, teniendo como fondo la imagen Flash en un posición que debería corresponder a una figura eclesiástica.

Jodorowsky dota a Klen a todas luces del eneatipo 4 del Eneagrama de la Personalidad; denominado como El Artista, la presentación insana de este eneatipo se vuelve evidente cuando el excéntrico llega su fabrica, donde podemos verlo producir sus obras que claramente hacen parodia/critica al arte surreal caído en las garras de la producción en masa, esto representado principalmente en la parte en que se ve una fila de mujeres que sientan sus nalgas pintadas con diferentes colores sobre hojas en blanco, mientras otro grupo de personas apila las nuevas obras , la operación se repite de manera industrial, con ello, Jodorowsky plantea una de las bases del Movimiento Pánico.

“En medio de una cultura decadente y romántica que nos parecía una gran estafa decidimos hacer un gran chiste. Creamos el Pánico: un movimiento que no existía, que no tenía leyes.” (Jodorowsky,2001) Sorprendidos por el romanticismo que absorbía las ideas de los decadentes surrealistas, y apoyado por el dramaturgo y cineasta Fernando de Arrabal, junto con el pintor Roland Topor, Alejandro Jodorowsky da pie a un movimiento caracterizado por la falta de sentido, donde todo era valido y que se presentaba como la oposición al surrealismo, pues en el pánico impera la conciencia de la reglas del azar, el ajedrez y la ciencia. Con las pinturas surreales creadas a partir de la impresión de traseros sobre hojas de papel, Jodorowsky presenta como todo un chiste la doctrina del pánico.


La máquina del amor

Las vistas a las formas de vida de los planetas presentados por Jodorowsky, tienen en común la presentación de un final que raya en el absurdo, que hace ver las contradicciones del planeta y que presentan el chiste bajo el cual se rigen las formas de gobierno radicales.

En el caso de Klen y el planeta Júpiter, el final de su vista se da con la presentación de la llamada Máquina del amor, que tiene como fin, según el excéntrico Klen, de demostrar la capacidad humana de una maquina a través de la estimulación sexual, que da pie al nacimiento de un maquina del amor bebe, con esta risible conclusión, Jodorowsky explota el pánico llevado al sonido, pues durante este secuencia la maquina emite una pieza sonora que remite a las creaciones de la artista sonora Delia Derbyshire.

Al introducirse un enorme dildo dentro de la máquina del amor, esta empieza a emitir sonidos electrónicos que tienen como referencia piezas de Derbyshire como Mattachin ,donde prevalecen la progresión de sonidos chillantes que producen la sensación de hormigueo placentero. Con esto Jodorowsky expone el pánico en el cine al dotar de sus sonidos imágenes sonora que sobrepasan las presentadas en la secuencia.

La destrucción de la realidad a través del sonido; el pánico surge como un movimiento inventado que sin embargo, al igual que la destrucción sonora, creo nuevas formas de afrontar la realidad, pues de este movimiento surgen parte de las ideas happening que permean gran parte de las obras del siglo XXI.

En un mundo llevado por el caos, cintas como La Montaña Sagrada queda como parte del manifiesto de una ola de artistas y pensadores, que como en cada una de las vanguardias, presentaba su forma de sobrevivir a un mundo cada vez más abstracto.


Anexo:

Delia Derbyshire - Mattachin



The Holy Mountain (Film Clip: The Love Machine) | ABKCO Films




Fuentes de consulta:




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